lunes, 21 de marzo de 2011

UN CORAZON PARA AMAR

Fuimos muy jóvenes, cuando empezamos la noble tarea de ser padres, lo único que teníamos era el gran amor que nos profesábamos. Y llegaste tú, te confieso que tenía miedo, pero estaba dispuesta a ser madre, a caminar contigo y tu padre el resto de mi vida, como toda madre nobel, tuve muchos tropiezos, pero siempre que te miraba, pensaba.."gracias a ti soy feliz" si, lo que estas pensando es verdad, tu llegada nos hizo tomar la decisión de casarnos. Recuerdo que cuando estuvimos solos después del matrimonio, nos abrazamos y nos hicimos la firme promesa (de modo muy solemne) de hacernos felices para toda la vida.
Tuvimos que tomar algunas decisiones muy importantes en aquella época, papá todavía estudiaba, y el matrimonio no debía ser un obstáculo para que culminara su carrera, decidimos que yo llevaría las riendas económicas del hogar y el se dedicaría a estudiar. Me sentía muy bien de poder dejarlo avanzar, a Dios gracias tenía un muy buen trabajo y el apoyo incondicional de la familia, y papá no nos falló, se convirtió en un excelente alumno, a tal punto que pudo escoger la mejor sede para hacer sus prácticas, lo malo fue que nos tuvo que dejar durante un año.
Tenias un año cuatro meses cuando papá se fue, ahora sé que tu inocencia no lo comprendió, que te sentiste abandonada. No quiero cansarte, seguiremos conversando. Te amo

No hay comentarios:

Publicar un comentario